Que conducta más incesante es la que obedecemos en los círculos. Círculos que sirven de bases para controlar todos nuestros actos, círculos que nos permiten entablar ciertas relaciones de apego con nuestros coetáneos más significativos, círculos que nos recuerdan los pasos necesarios para lograr un determinado fin, círculos legales de conducta, cirulos estrictos para determinados grupos, en fin, círculos y mas círculos que demuestran que debemos permanecer dentro de ellos y no salirnos. Si alguien se sale, saldría de la legalidad, de la sociedad, del mundo preestablecido, de los patrones ligados a la existencia de la humanidad, sería un errante del frágil yermo. Por tanto debemos circular por donde las consecuencias confabuladas hacía lo que políticamente correcto está determinado para poder ser como todos. Jugadores de un singular juego al que llaman ser hombre en su sentido artificial.
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