Es difícil ser libre, pero cuando funciona, ¡vale la pena! Janis Joplin.


lunes, 12 de marzo de 2012

"NÁUFRAGO"



Mi viaje comenzó un día neblinoso. La travesía en barco fue el inicio de una gran experiencia, y vaya si lo fue. En mi camarote dejé mi mochila y me tumbe en la cama, mientras bocarriba me fumaba un pitillo. Salí a cubierta y estaba ya anocheciendo. Me asomé por la borda y pude ver como el barco cortaba el mar que se tornaba ya oscurecido. Me saqué un cigarro y lo encendí mientras con la otra mano sacaba mi reloj de bolsillo. De pronto éste se me escabulló de las manos e iba derecho a convertirse en un tesoro marino. Lo intente coger y junto con él, me zambullí en el agua. En la caída me había encontrado con el reloj, por tano mi preocupación fue la de conseguir que alguien me escuchara. Pero el sonido de los motores que se alejaban poco a poco, enmudecían mis palabras. En cuestión de segundos todo quedó oscuro y no distinguía el cielo del agua. Pues no había luna, sólo un inmenso espacio vacío. Lo primero que pensé es que me acechaba el fin y que resurgía la sombra del destino sobre mí. Así que comencé a nadar. Ya con el sol abrasador y habiendo estado más de diez horas en el agua, veo a lo lejos una venerable isla, con unos frondosos y nudosos arboles verdes. Tras salir completamente arrugado y agotado, no pude dar más de dos pasos y tenía la sensación de tambalearme estando sobre tierra firme. Quedando durante un rato encalado entre el vaivén del oleaje. Fueron tras semanas posteriores cuando ya tenía autonomía en la isla. Tenía animales, frutos y agua. También dispuse de una base bastante funcional, nada de extravagancias ni pasiones incontrolables. Con el transcurrir de los días, mis pensamientos comenzaron a ir mal dirigidos y llegaron al colmo de la depravación. Pues era un proscrito y olvidado en y por el mundo. Y esa idea prevalecía sobre las demás en mi cabeza. Llevaba tanto tiempo en aquella isla que ya no me tenía a mi mismo simpatía, perdón y mucho menos piedad... Han debido de pasar al menos diez años desde que deje de escribir; y sólo puedo decir que padezco una inexorable desdicha. Mis condiciones son de tal perversidad que soy un esclavo de la muerte, aunque eso si, por ahora sólo en vida. Mañana ya veremos porque por lo pronto amanece que no es poco

"POLUCIÓN ONIRÍCA"


Mis recuerdos dilucidaban con mi alma en cada adosada imagen grabadas a hierro a mis sentidos. A realemente escasos centímetros de mi cuerpo su infinita piel realzaba y erizaba mis sentidos. Las tristes gotas de la imantada ventana empañada y húmeda empezaban a correr vertiginosamente hacia el quebrado alfeizar de la tibia ventana. Ese empañamiento cálido y eminente, unido con el fruto del calor eterno e intenso que emanaban de las quietas sabanas y de la habitación movida. Quedan grabados los estimulantes suspiros en mi delicado oído que unían nuestras cabezas y hacía realmente que se unieran mis ojos y abriese mi mente para un viaje por una ondulada e increíble espiral sin retorno que me alejaba indudablemente de la vida. En la fricción de los cuerpos se iniciaba y engendraba un sudor compartido que se entremezclaba en todos los recovecos de nuestro cuerpo reflejado en cada instante y cada acción. El edredón raramente descolocado sugería que las piernas obstruidas habían establecido un tirabuzón y se habían enlazado ominosamente. Donde la simbiosis o fusión del tu y el yo carecía de importancia al mostrar la naturaleza más salvaje de ese dos en uno solo. Los suspiros se aceleraban al mismo ritmo que lo hacían las palpitaciones del corazón guiados por una pasión tan íntima y exquisita que parecía irreal. Relajado y recuperando el aliento te incorporas panza arriba al tiempo que tu mano busca su contacto. Combates contra el frio de su cuerpo arropando su delicado cuerpo en un abrazo interminable. Así relajado, duermes. El cálido sol que entra por la ventana incomoda tu descanso y te hace abrir los ojos, lo que permite que contemples la realidad. Todo está vacío y un crujido resquebraja tu matutina alegría, ha sido un sueño, uno del que de saberlo no te hubiese gustado despertarte jamás….

sábado, 10 de marzo de 2012

"DESTINO PECULIAR"



Desprovisto de familia, me acotan tras una alambrada. Ahora era prisionero de mi destino, ese que no he buscado. En mi mente aún pululaban los acontecimientos que espero borrar algún día. No hay nada más cruel que ver perecer a tus seres queridos y mucho menos cuando es de una forma tan macabra. Nosotros no teníamos nada de valor, nuestro único tesoro era la comida que mis padres recogían del campo y los animales que yo robaba del corral del otro pueblo. Lo que me impregnó más desasosiego fue darme cuenta de que esos momentos vividos jamás volverán y que me los habían arrebatado para siempre. Esta mañana me han pedido que luche, pero no contra los que me hicieron eso, me dieron un viejo máuser alemán, un trozo de pan duro y reseco y una misión. Luchar contra un ejército de rebeldes porque de lo contrario ellos lucharan contra mí. Nunca he sido violento y siempre he sido partidario de que cuando alguien me arrojara piedras, esas las utilizaría para construirme un castillo. Así que lo que haré será burlar a mi destino y forjar una leyenda en otro lejano lugar….

"AGUA"


El esperpento de mi persona hacia que mi vida estuviera vacia. Por instantes creía estar encadenado en un desierto de dunas y dudas. La gente suele preparar tetras para enseñarnos lo que quieren que veamos a través de su magia, es decir, su engaño. Sólo son sucios trucos y patrañas que sutilmente con el tiempo y unos ojos avizores se descubren lentamente. Cuando almacenamos agua en un vaso normalmente llega a colmarse, o por el contrario, esa agua acaba estancándose y corrompiéndose. Por lo que muchas veces es necesario tirar de la cadena y nadar a contracorriente para que la succión no nos lleve. Es entonces cuando estando secos llenaremos nuevamente el vaso para que podamos flotar y abrir los ojos entre aguas cristalinas….

"LUZ MENTAL"



Apocado en un rincón, conecté una bombilla a una pila de petaca. Fuera en la calle había una tormenta descomunal y el circuito eléctrico estaba afectado. Así que estaba completamente solo, sin tele, internet y mi comunicación se limitaba a los rumores efervescentes de mi cabeza. Había un silencio sepulcral y recordaba tiempos pasados. Aquellos momentos fáciles, difíciles e imposibles que por suerte me tocó vivir. Pensaba también que la vida seria precaria sin electricidad. Pensaba en la humanidad y llegué a la conclusión de que ciertamente somos unos parásitos de la tierra. Unos entes que deambulamos a nuestras anchas mientras amoldamos la tierra a nuestro antojo. Sin preocuparnos de su flora y fauna, donde una hoja de papel en un billete es más importante que la hoja de un árbol. Donde el océano, otro mundo aparte, lo expropiamos a nuestro servicio, el de los mercados. Sé que no debo darle tanta importancia a estas cuestiones y que no debo avivar el fuego constantemente, pero es que cuando el mundo calla sé lo que me otorga….