Desprovisto de familia, me acotan tras una alambrada. Ahora era prisionero de mi destino, ese que no he buscado. En mi mente aún pululaban los acontecimientos que espero borrar algún día. No hay nada más cruel que ver perecer a tus seres queridos y mucho menos cuando es de una forma tan macabra. Nosotros no teníamos nada de valor, nuestro único tesoro era la comida que mis padres recogían del campo y los animales que yo robaba del corral del otro pueblo. Lo que me impregnó más desasosiego fue darme cuenta de que esos momentos vividos jamás volverán y que me los habían arrebatado para siempre. Esta mañana me han pedido que luche, pero no contra los que me hicieron eso, me dieron un viejo máuser alemán, un trozo de pan duro y reseco y una misión. Luchar contra un ejército de rebeldes porque de lo contrario ellos lucharan contra mí. Nunca he sido violento y siempre he sido partidario de que cuando alguien me arrojara piedras, esas las utilizaría para construirme un castillo. Así que lo que haré será burlar a mi destino y forjar una leyenda en otro lejano lugar….
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