Es difícil ser libre, pero cuando funciona, ¡vale la pena! Janis Joplin.


viernes, 20 de enero de 2012

"HUELLAS DE PASEO"


Mi habitación continua con su olor a tabaco de pipa mientras los alhelíes de la ventana flotan. El sol produce que mis perros tejoneros arañen la puerta para dar un paseo. Así que nos vamos los tres. Llegamos a la playa solitaria y dispar. Donde ellos empiezan a corretear y a ladrar a las olas que amenazantes corren en su busca una y otra vez, mientras yo me siento contemplando el horizonte al tiempo que mi mente se inunda de pensamientos sórdidos y desvencijados. Pues últimamente el esnobismo imperante de la sociedad hace que mi percepción de la vida sea más nauseabunda que nunca. Nunca he tenido gran aprecio a todos los dirigentes que son los que mueven los hilos de la vida. Más bien siempre me han producido un desdén un tanto peculiar, pero han llegado a tal punto que ahora los odio a muerte, no una muerte repentina sino a una perversa e inexcusable. He llegado hasta el punto de odiarlos a muerte por sus meritos propios, pues han sido ellos los que se lo han ganado a pulso. Mi limitada inteligencia subversiva socavada hace que cada día piense con más vehemencia el jugar con pistolas tanto en la paz como en la guerra. Esperando que todo esto explote o acabe definitivamente conmigo. Así que me tiro de cabeza al agua y veo desde dentro como mis perros me acompañan y chapoteamos, para salirnos después y volver al mundo real.

miércoles, 18 de enero de 2012

"PRIMERA PERSONA DEL PLURAL"



Recuerdo aquel tiempo infructuoso que pasábamos en el banco. Pasábamos horas y horas viendo al nervioso mundo, a sus gentes. Niños deambulando entre juegos, palomas picoteando el suelo en busca de algún tierno bocado, al quiosquero apresurado en despechar a la gente impaciente y transeúntes esquizofrénicos en sus andadas. Ahora más que nunca es cuando lo recuerdo con una pasión incombustible. Recuerdo aquellas conversaciones que nos extrapolaban a nuestra niñez, al mundo completamente diferente que nos tocó vivir y por suerte disfrutar. Con una determinación serena miro el reloj para ver si así avanza más rápido, pero es justo lo contrario, me hace estar más impaciente y sudoroso. Lo que hace que mi lengua enjugue el salado sudor que llega a mis labios. Ahora me sobra demasiado banco, el mundo ya es demasiado grande para mi, por eso es por lo que todavía te espero. Mañana hará un lustro de tu partida de este mundo, así que lo celebraré como te hubiese gustado. Recordándote con una sonrisa, la que tu únicamente me producías, sentado en nuestro banco. Te hablaré como siempre hice, pues aunque no me contestes sé que me escuchas y permaneces a mi lado. Ya que aunque no pueda verte si que puedo sentirte….

lunes, 9 de enero de 2012

"SILENCIO"


Que agradable es compartir el silencio. Ese silencio que no es incomodo y del que poca gente disfruta. Creo firmemente en la posición de que es igual de importante saber mantener una conversación como mantener un silencio. Casi siempre hablamos falacias y últimamente en las noticias sale que se matan a más personas con las palabras que con los rifles. Hace poco tuve una holgada conversación en silencio que acabo en risa y más tarde en sonrisa. De esa risa que hace liberar aire del interior para mezclarlo con todo lo del exterior, lo que produce que uno se sienta muy bien. Pocas veces he compartido un silencio tan profundo, noble y armonioso como aquel. Esa incomodidad se torna en sosiego cuando después de no decir nada,
se actúa en base a lo que has dicho durante el silencio. Esa percepción que tiene la persona con la que compartes miradas pero no palabras, solamente silencio. Sin saber por qué sabes que te ha entendido y respondido sin mediar palabra, delatándose con un tierno suspiro o continuando con un silencio embriagador. Casi siempre tratamos de hablar con quien no quiere escucharnos o nos encontramos con gente que habla mucho y realmente no dice nada. Sólo entierran sus pecados con palabras para lavar la conciencia del silencio. También existe gente que le gustaría coser la boca de los demás para no poder relacionarse por temor a lo desconocido o simplemente por complejo de inferioridad, para que queden siempre en silencio. Pero la palabra, que instrumento más poderoso de doble filo es la palabra, es de las pocas cosas que jamás retrocede. Mientras que el silencio es algo que no tiene imperativo, pues bastantes veces dice más que un montón de palabras.

sábado, 7 de enero de 2012

"SENDERO DEL SUEÑO"



Caminamos en los sueños al frente continuamente. Pero de vez en cuando debemos hacer una parada, estirar las piernas y contemplar el paisaje. Nos agarramos a clavos ardiendo sin pensar en lo que va a quemar la salvación, o incluso nos damos cuenta tarde de ese clavo y queremos tomar la primera salida que se presente sin importar a que recóndito lugar deparará. Lo malo de eso es que muchas veces la carne está tan caliente que hay que desgarrarla del clavo levantando la piel. A ritmo de lágrima, grito, corazón y suspiro. Andamos deambulando de acá para allá, recorriendo todo de Norte a Sur de Este a Oeste. No se percibe igual el azote del viento en todos lados. No se respira igual en todos sitios. Todo es todo en general pero casi siempre nada en particular, así que sólo goza. Guarda eso para ti, compártelo en tu camino y los escalones se subirán solos. Aunque más tarde vuelva a tocar bajarlos otra vez. Pues se habrá terminado el sueño, será cuando la hora de levantarse ha llegado.

"EL OSO"



Contaba una leyenda tribal una historia sobre un gran oso. Nadie del pueblo había conseguido verlo y mucho menos conocerlo, pero todos hablaban de él. Se decía que tenía unas garras que desgarraban la piel de las rocas y las cortezas de los ríos. Con unos dientes y una mandíbula tan grandes y fuertes que podían partir en dos cualquier tronco centenario de los que rodeaban el poblado. Muchos cazadores intentaron darle caza, pero fue una tarea diabólica en boca de aquellos cazadores que no lo cazaron. Pues siempre se reunían en la taberna y contaban lo escabroso que había sido escapar, lo cerca que habían estado de ser un cazador cazado y de la muerte. Del miedo que sintieron. Aunque todos afirman que no lo vieron, que sólo escucharon el inmenso rugido que les avisaba de que el gran oso se había percatado de su presencia y tal vez de sus propósitos. Pues siempre ha sido un oso que no se ha dejado capturar y mucho menos ha cometido actos para que la gente del pueblo quiera matarlo y empalarlo en mitad de la plaza. Donde todos en una orgía báquica coman y beban hasta buscar otra presa. Curiosamente fue la seguridad y valor de una niña, la más inquieta, despierta y singular del pueblo, la que partió un día sin avisar adentrándose en el bosque. Tras el desconcierto y alboroto en el pueblo, una partida de hombres y mujeres salieron armados en su busca. Un cazador condujo al grupo a la entrada de una cueva. Y lo primero que escucharon fue la risa que emanaba desde del interior de la cueva. Todos se apresuraron y vieron a la niña junto al oso, de pronto se alzaron armas y sonaron mil disparos. El oso estaba agujereado y la sonrisa de la niña, desapareció para siempre.

miércoles, 4 de enero de 2012

"DESPERTAR"


Al despertarme pude contemplar como quedaban en un gran círculo ascuas y bastantes velas que deberían conformar un dibujo, pero estaban ya consumidas. Mi cuerpo se torno en providencia ante lo que podía pasar o mejor dicho lo que había pasado. Mi mente presentaba una obsolescencia prematura. Tenía la cabeza convulsa y mi nerviosismo fue conducido a un estupor cuando vislumbre aquel escenario. Todo pertenecía a un ritual. El atildado altar aún contenía resquicios de una ofrenda. Había una copa que contenía algo en su interior, así que lo bebí. Fue un sabor muy agrio pero que remojó sin lugar a dudas mi pastoso paladar. Fue entonces cuando recordé algunos recuerdos inconexos que había vivido. Me levanté la camiseta y pude contemplar unas cicatrices, esas cicatrices de ritual que marcaron mi piel pero que dejaron libre mi espíritu. Había abierto mi mente. Fue entonces cuando tras un largo periodo intentando continuar recordar, abandoné aquel cementerio de elefantes…