Caminamos en los sueños al frente continuamente. Pero de vez en cuando debemos hacer una parada, estirar las piernas y contemplar el paisaje. Nos agarramos a clavos ardiendo sin pensar en lo que va a quemar la salvación, o incluso nos damos cuenta tarde de ese clavo y queremos tomar la primera salida que se presente sin importar a que recóndito lugar deparará. Lo malo de eso es que muchas veces la carne está tan caliente que hay que desgarrarla del clavo levantando la piel. A ritmo de lágrima, grito, corazón y suspiro. Andamos deambulando de acá para allá, recorriendo todo de Norte a Sur de Este a Oeste. No se percibe igual el azote del viento en todos lados. No se respira igual en todos sitios. Todo es todo en general pero casi siempre nada en particular, así que sólo goza. Guarda eso para ti, compártelo en tu camino y los escalones se subirán solos. Aunque más tarde vuelva a tocar bajarlos otra vez. Pues se habrá terminado el sueño, será cuando la hora de levantarse ha llegado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario