Algo ardiente te recorre por los poros. Notas su incesante
paseo por tu piel mientras no puedes remediarlo. El deber soportarlo y aguantar
atesora tu cabeza mientras aprietas los dientes y resoplas. Crees que acabará
pronto, que el dolor es pasajero y la gloria para siempre. Es un dolor tan paulatino
que confías en que purifique tu alma al mismo tiempo que te hace nacer de
nuevo. Ves una llama entre mareos psicodélicos al borde la locura. Una locura
tan áspera y ardiente que nubla tus divagaciones para transportarte hacia una
nueva dimensión. Notas la criogenización de esa espesa cera que se apelmaza
entre tus pelos, abrigándote, dándote una segunda piel. Una piel tan muerta y fría
que se cae en cuestión de segundos para que profundice en tu esqueleto
fosilizado. Preparándolo todo para que siglos después seas novedad en una exhumación eterna….
...El calor recorre todo el frío existente, coger el fuego eterno, el calor pleno y la llama de la vida... bajo la luz de las velas te vi y me enamoré...
ResponderEliminar